El escritor y humorista norteamericano Mark Twain, acuñó en el XIX una frase que, me gusta traer al crecimiento personal intencional, que reza: “Los dos días más importantes en la vida de todo ser humano son el día en que se nace y el día en que descubre para qué.” Si bien, no tenemos inherencia e injerencia alguna sobre el primero, pues a ninguno de nosotros nos consultaron si deseábamos venir a la vida; nuestros padres nos trajeron al mundo de los vivos y ya. Sin embargo, con referencia al segundo día, sí tenemos total responsabilidad en descubrir, desarrollar y vivir en lo que yo llamo el gran “para qué” de todo ser humano, y se trata de poder trabajar en el propósito de vida, esa razón por la cual estamos en la tierra.
Ahora bien, entendamos un poco más la razón por la cual, el “primer día”, es un gran acontecimiento en sí mismo para nuestra vida. Para ello te voy a dar una pequeña visita guiada por el acto de biología básico que nos trae a la existencia: En la eyaculación de un hombre joven,
en edad fértil, se expulsa una cantidad de líquido seminal aproximado de entre 2 a 5 mililitros (ml). En su interior habitan 40 a 150 millones de espermatozoides vivos por ml de semen. Esto significa que encontramos hasta 750 millones de espermatozoides en total. Esta estadística puede darte una idea general de lo afortunado que eres al haber logrado alcanzar el óvulo de tu madre y haberlo fecundado; ya que, para esa hazaña luchaste en una carrera por la vida con 750 millones de hermanos que buscaban alcanzar tu mismo objetivo.
Durante esa carrera tuviste que sortear peligros enormes, tales como, profundos valles, montañas empinadas, precipicios mortales; además, escogiste acertadamente, uno de dos caminos en la gran “Y” del útero, que te llevó a la trompa de Falopio correcta, en la cual te esperaba el óvulo de mamá; todo esto y más, fueron grandes desafíos que durante horas permitieron que sólo los espermatozoides más fuertes y capaces, pudieran llegar y “coronar” al óvulo, y solo tú lograste alcanzarlo primero, lo que te convirtió en el ganador de la batalla por la vida; de tal suerte que no eres producto del azar, o de una noche de pasión o de copas locas de tus padres, de una mala decisión, o cualquier otra creencia incorrecta que te limite. ¡Eres producto de un proposito mayor!
Mismo que te conecta con la humanidad y con los más de ocho mil millones de personas que habitamos la tierra en este momento.
Por todo lo expuesto anteriormente es que requieres, con carácter de urgencia, conocer tu verdadero propósito de vida, tu razón de existir, tu ikigai. Es para mí una responsabilidad hacerte participe y ampliar tu observador, elevando tu nivel de conciencia, al ayudarte a comprender la necesidad imperiosa que tienes de conocer tu “para que” o propósito de vida, y para ello te invito, desde la mayéutica, a reflexionar en las siguientes preguntas:
- ¿Conoces cuál tu pasión en la vida?
- Si pudieras hacer cualquier cosa en el mundo, durante un día entero ¿Qué elegirías hacer?
- ¿Qué es eso que harías qué, aunque no te paguen lo seguirías haciendo?
- Si el dinero no fuese un problema, ¿a qué te dedicarías?
- ¿Hay algo que hayas querido hacer desde hace mucho tiempo pero que aún no has intentado?
- ¿Aquello en lo que trabajas actualmente, te permite desarrollar tus áreas de fortalezas y talentos a diario?
Te invito a pensar introspectivamente en cada respuesta que has dado a las interrogantes planteadas, y que desde esa reflexión puedas sacar un presupuesto emocional que te indique si realmente conoces, has desarrollado y puedes vivir de y a través de tu proposito de vida.
En próximas entregas estaré escribiendo más acerca de este apasionante tema.
Soy tu anfitrión en este post y mi nombre es Jean Carlos Berdugo Guzmán, médico, teólogo, coach ontológico y un apasionado por el desarrollo personal integral, motivo por el cual te invito a seguirme a través de estos escritos, en donde me comprometo agregar valor a tu vida por medio de semillas de crecimiento personal intencional.
Dios te bendiga ricamente
Para Efectos de información Biográfica
Quien soy:
Médico Cirujano.
Magister y Doctorado en Teología.
Coach con PNL
Practicante de PNL
Coach de Vida.
Coach Ontológico Profesional.
Docente Universitario.
Apasionado por el Desarrollo Personal Integral.